La ruta beauty de Meghan Markle
El efecto Meghan Merkle ya ha sacudido a la industria de la moda. Cada vez que la actriz luce un diseño, este se agota en cuestión de horas, y el universo beauty comienza a mostrar indicios de que el torbellino Merkle está dispuesto a hacer que los tratamientos de belleza más exclusivos persigan un acabado Meghan. Recorremos Londres para descubrir las clínicas en las que lograr el denominado “Meghan sparkle”.
La señal inequívoca de que una mujer se ha erigido como icono beauty es que su nombre y su rostro pasen a formar parte de las peticiones cirugía estética más demandadas, y Meghan ya puede apuntar esta proeza en su listado de logros insospechados. El cirujano plástico Stephen T. Greenberg ha confesado a Allure que sus clientas le piden desde hace seis meses una nariz similar a la de Meghan. La razón por la que su nariz es tan popular, explica, radica en su imperfección. El cirujano asegura que Meghan es la celebridad a la que a día de hoy más quieren parecerse sus pacientes, que también aclaman sus pómulos y su angulosa mandíbula.
No es el único pilar de la belleza que ha notado la influencia de Meghan. El glamouroso centro Neville Hair & Beauty es el preferido del currículum sentimental del Príncipe Harry -Cressida Bonas y Florence Brudenell-Bruce son adeptas a este paraíso del hedonismo- y acaba de incluir apetecibles tratamientos que harán que Meghan se sienta como en casa. Neville cuenta con las marcas más punteras del mundo de la belleza, un mercado en constante evolución al que el salón londinense consigue seguir la pista, razón por la que las mujeres más chic -y acaudaladas- de Inglaterra confían en sus tratamientos. El salón ya proclama a través de la prensa ser el lugar idóneo para conseguir el “brillo de Meghan”, que se consigue a través de tres fases: rostro, cabello y uñas.
La cualidad más aclamada en los centros de estética es, a día de hoy, la que Meghan Merkle proclama: la naturalidad. Su belleza se basa en rostro impoluto y radiante -ese que enfatiza gracias al make-up no make-up-, en su majestuoso pero sencillo peinado y en sus uñas empolvadas, que responden al protocolo de la familia real británica. Meghan ya lo sigue a raja tabla, pues apuesta por las lacas de uñas nude de la firma Essie, la preferida de Isabel II. Los servicios de manicura de Neville incluyen un tratamiento de diez minutos llamado Venus, que consiste en una sesión de radiofrecuencia que fomenta la producción de colágeno y que enriquece la piel con oxígeno, logrando un efecto lifting instantáneo. Una sesión de Venus aplicada a las manos cuesta unos 85 euros, pero la sesión de manicura Merkle limita su tratamiento a diez minutos y finaliza con la aplicación del esmalte de uñas. La sesión en cuestión cuesta 45 euros.
Los tratamientos faciales del Dr Jack son el siguiente paso necesario para conseguir el aspecto saludable de la piel de Merkle. Cada uno de ellos se adapta a las necesidades de sus clientas, que pueden disfrutar de sus sesiones de crioterapia, sus tratamientos de vitaminas o las terapias de inducción de colágeno -el afamado microneedling-. Pasar por el Power Bar es otro de los must para lograr el efecto Meghan. Se trata de la última incorporación de Neville y cuenta con tres pasos para conseguir un cabello similar al de la actriz.
En primer lugar, un especialista ayuda a la clienta a encontrar el tratamiento idóneo para su pelo. El Bronze -45 euros- consiste en un tratamiento de 20 minutos en el que se aplican productos de la serie L´Oreal Professionnel. El Silver -65 euros- es el adecuado para las que necesiten un cuidado especial, en el que se aplican durante 30 minutos el Elasticiser de Philip Kingsley y el Fusion Dose de Kerastase. El Gold -155 euros- es un tratamiento luxury capaz de regenerar el cabello más castigado gracias a la aplicación de Smartbond, de L’Oreal Professionnel, Caviar Chronologiste, de Kerastase y Heatcure, de Redken. Su duración es de 45 minutos. A continuación, la clienta recibe un masaje capilar y elege entre un masaje de manos o un tratamiento de vapor. El último paso consiste en peinar el cabello para abandonar el centro como una auténtica estrella.
La siguiente parada de este recorrido de belleza con sello Meghan Merkle es la clínica Skinesis, de Sarah Chapman, la facialista preferida de Victoria Beckham y de la propia Megan. La actriz no ha dudado en visitar su exclusiva clínica, que abandonó con una bolsa repleta de productos de la prestigiosa firma.
Su producto estrella es el Stem Cell Collagen, un sérum que transforma los péptidos de la piel y que aporta un rejuvenecimiento facial instantáneo. “Este elixir revolucionario combina ocho potentes péptidos y cuatro células madre para aportar firmeza a la piel”, asegura la propia Sarah Chapman. El precio de este tratamiento es de 275 euros.
El siguiente lugar a visitar en este recorrido Merkle es la clínica de Covent Garden de Nichola Joss, una de las esteticistas preferidas de Meghan. De ella ha aprendido unos ejercicios faciales que, tal y como asegura la propia Merkle, “esculpen el rostro desde dentro”. La clínica cuenta con un tratamiento de 60 minutos que cuesta 260 euros. Tras analizar la textura y el estado de la piel de la clienta, Nichola realiza un masaje linfático y lleva a cabo técnicas de contouring a las que Meghan asegura debe su angulosa mandíbula.
La última parada es la boutique de Jo Malone de Covent Garden, donde Meghan compra su perfume preferido, Wood Sage & Sea Salt Cologne. ¿El precio de oler como la prometida del Príncipe Harry? 156 euros.